La escritora

" Es una noche preciosa aunque con una temperatura un poco mas fría para ser otoño; ladeo la cabeza y veo su lado de la cama desierto. Mi estomago me recuerda que no he comido y salgo de la habitación con un suéter de lana en busca de algo para cenar; de repente la observo intrigada e inquieta, caminando de un lado al otro. La luminiscencia que emanaba la vela desde una de las mesas de la sala, me permitía observarla y contemplarla sin interrupción alguna. Su mirada se enfoca en su computador y como si tratara de descubrir o descifrar algo, comienza a escribir rauda. Sin saber que hacer exactamente, me acerco para preguntarle la razón del porqué esta así. Bastó una sola mirada para saber y tragarme mis palabras como si fuera la cena. Me volteo para seguir mi camino, no había ningún motivo para hacerle peguntas, sin embargo su boca se entreabrió y escuche: -¿se pueden unir dos gustos en uno solo?- su voz es un sonido excesivamente delicado, dulce y a la vez suave, sus ojos cual zafiro son mi delirio, su mirada mi perdición. La veo y se que en el fondo no quiere que me vaya. Seria un crimen dejarla así e ignorarla -por supuesto que si- le respondo al instante que me volteo y la miro fijamente. - ¿Por qué me haces esa pregunta?- me acerco un centímetro mas a ella. - Una pequeña duda que se instaló en mi cabeza, por favor, no me hagas caso- con una expresión apocada me responde y continua después de un suspiro. - Acá afuera esta haciendo mucho frío, ¿vamos a la cama si?- una idea que a ambas nos gusta. Las ganas de comer algo que había en la nevera, se desvaneció para que apareciera un deseo inconmensurable de otra cosa. sonriendo me dice - Si, déjame terminar este escrito y voy. -Sin ti, nuestra cama es una piedra gélida. Prefiero mil veces hacerte compañía, así me muestras tu obra maestra. -No estoy segura de dejar que leas esto ahora, podrías cometer una locura al leerlo- pícara es su mirada al decirme eso- solo debes saber que, como en mi vida, tu eres la protagonista.